Conjunto habitacional, crédito

SANTA ANA, SAN FRANCISCO, ATLÁNTIDA
(Conjunto habitacional, crédito)
Proyecto habitacional Santa Ana,
Barrio Los Próceres,
Municipio de San Francisco, Atlántida
31 de octubre de 2019.

Escrito por Armando Garcia 

NOS GANAMOS LA CASA NÚMERO UNO

CÉSAR ALBERTO NÚÑEZ

GABRIELA STEPHANY HERNÁNDEZ MENCÍA

Un hijo, Junior

Primero, vinieron los de Hábitat para la Humanidad a hablar con nosotros. Después nos dieron a llenar unos formatos de solicitud: a ver cuántas familias querían obtener su vivienda. Luego el proyecto estuvo levantándose por un año: en  arreglar el terreno, construyendo las casas. El proyecto lo entregaron a finales de julio, tenemos un mes de estar viviendo aquí.

La verdad que es un sueño, para nosotros siempre fue un sueño; el momento que nos dimos cuenta que el proyecto iba a ser aquí, fuimos los primeros en llenar la solicitud para poder obtener nuestra vivienda, porque creo que es el sueño de toda familia.

Nosotros ya tenemos seis años de estar juntos y siempre hab, tratar de llevarnos bien como vecinos porque esto va a ser el hogar, desde el momento en que nos venismoda familia. Nosotros yía sido nuestro anhelo tener nuestra propia vivienda; ahora que ya la tenemos es una bendición.

Yo soy barbero y ella es ama de casa y ahí en mi negocio llega mucha gente a preguntarme que cómo hacer para obtener una vivienda, que se miran muy bonitas las casas, les llama mucho la atención, entonces nosotros les ayudamos con la información para que otra familia pueda tener la oportunidad que nos dieron a nosotros.

Entre los vecinos del conjunto habitacional mantenemos una relación tan hermosa: entre los niños, la familia, los vecinos, los amigos. Sabemos que lo primordial es mantener la convivencia, el respeto, sobre todo, tratar de llevarnos bien como vecinos porque esto va a ser el hogar de siempre, desde el momento en que nos venimos aquí es nuestro hogar único y el que le vamos a dejar a nuestros hijos.

Les vamos a contar una anécdota. Nosotros, en un principio cuando empezaron a lotificar el terreno, soñábamos en obtener la vivienda numero uno por la cercanía de mi negocio y siempre le decíamos a Dios —porque nosotros somos bien creyentes— nosotros orábamos en este lugar y aquí en esta casa y en este terreno, precisamente, dijimos: vamos a sacar la número uno, tené fe, me decía mi esposa, ya vas a ver. Esta casa fue la primera que empezaron a construir, era como la casa modelo a seguir para construir las demás.

Venimos a la rifa, al sorteo que se hizo de las diecisiete casas, para pasar y sacar  el número —porque al principio habíamos tenido un inconveniente con una documentación y nos aprobaron el crédito una hora antes del sorteo, por eso creíamos ya no vamos a entrar al sorteo—  Pero teníamos fe que íbamos a obtener nuestra vivienda. Cuando nos tocó pasar a sacar el papelito con el número, mi esposa mandó al niño, envió a Junior y le dijo:  «ya sabe, papi saque la número uno» y así fue, él sacó el papelito y se lo entregó a la muchacha encargada del sorteo y cuando lo desenvolvieron era el tan deseado número uno. Fue una experiencia bien emocionante.

La verdad es que Dios nos respondió, nos bendijo y estamos felices en nuestra casa

A este proyecto vino una brigada internacional a trabajar aquí, dice Gabriela «Gaby», esposa de César a trabajar aquí, yo estuvo con ellos un par de días y la verdad es que nos sentimos en familia con ellos, nos ayudaron, convivieron con mi niño bastante, le regalaron una pelota de fútbol. Son norteamericanos y jugaban con los niños de los beneficiarios de este proyecto y para nosotros fue muy bueno compartir con ellos. Una semana estuvieron aquí.

A ellos se les miraba —dice César— las ganas y los deseos de ayudar, venían acá a trabajar y cuando tenían sus espacios, su tiempo libre les gustaba jugar bastante con los niños. Jugaban en ese entonces donde es el área verde no estaba tan aseado, tan parejo como ahora, había un montón de palos cortados y ahí se ponían a jugar con los niños.

Ese parquecito lo donó la brigada. Antes de irse nos dijeron que sería bonito hacer un parquecito para que los niños jugaran. Según tengo entendido ellos fueron lo que donaron los juegos infantiles, ahora los niños tienen donde poder jugar y divertirse.

Muchas gracias a Hábitat para la Humanidad por todo lo que han hecho por nosotros.

Share it on

¿Crees que cada persona merece un lugar digno para vivir? ¡Únete!