Vivienda nueva dispersa

LA PAZ
12 de septiembre 2019
Vivienda nueva dispersa.

Escrito por: Armando Garcia 

DIGNIDAD EN CURENTA Y OCHO METROS CUADRADOS 

Familia Machuca Velásquez

William Machuca, labora como contador en el hotel El Ángel, y Elvira Johana Velásquez , trabaja como educadora en el Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP) de la ciudad de La Paz. Son padres de una niña, Vani Mitchel Machuca Velásquez, estudia y dice:

«siento mucha alegría de estar en mi casa y una gran paz. mis compañeras de escuela vienen a visitarme. Lo primero que hice al mudarnos empezar a adornar mi cuarto, mi cama y mis juguetes, lo que más me gusta de la casa es mi cuarto porque puedo jugar. Estudio quinto grado. Me miro de aquí a veinte años graduada de abogada para ayudar a las personas; o, de pediatra porque me gustas los niños u odontóloga porque la primera vez que me examinaron los dientes, me gustó».

—Nosotros siempre decíamos cómo vamos a optar a una casa, si el medio económico no nos ajusta para poder tenerla. Luego que nos dimos cuenta a través de unas familias que habitaban unas viviendas construidas por Hábitat, dijimos esta es la oportunidad.  Nos vino la idea de construir en un futuro, pero… fuimos viendo que posibilidades, qué papeles se ocupaban, cuáles eran los requisitos y consultamos con otros vecinos que ya tenían muchos años,  ¡uh!, muchos años de haber construido con Hábitat, de haber salido de pagar su casa y con ellos consultamos y luego nos dieron el número del señor Ramiro Martínez —promotor de Hábitat— y por medio de los vecinos comenzamos a consultar y luego hablamos con él y nos preguntó que dónde pensábamos construir, entonces lo trajimos a ver este terreno,  y le dijimos que habíamos logrado comprarlo con un dinero de la herencia de la madre William y estuvimos platicando por varios días, nos estuvimos comunicando y ya, por último, él nos dio el listado de los requisitos y empezamos a agrupar los papeles. Ese proceso de conocernos y entregar los papeles a Hábitat duró entre dos a tres meses. Como eran mucho los papeles había que ocuparse en tiempo, hacer espacio para ir acumulando uno a uno y tenerlos en orden para presentarlos.

—Procedemos ambos de familias que siempre han tenido casa, pero el sueño, el anhelo de nosotros era tener casa, por ejemplo, íbamos en los buses cuando salíamos a pasear y la idea era que deseábamos tener cuatro paredes y Dios nos ha bendecido, no nos dio cuatro paredes, Dios nos dio una casa completa, con cuartos, baño, con todo, por eso estamos muy agradecidos.

—Ese momento en que nos dijo el promotor de Hábitat, ustedes van a tener su casa, ya se está construyendo, ya se van a pasar. Ese momento no tiene comparación. Muchas veces nos levantábamos incrédulos, sabiendo que construir ahora no es difícil, pero, Hábitat nos facilitó todo y gracias primero a Dios, porque nos tiene con salud y vida y luego a Hábitat porque nos apoyó en todo. Hace, escasos, tres meses veníamos a diario a ver como estaba la construcción. Era una emoción cada vez que llegábamos porque mirábamos el avance a diario. Pero cuando ya se nos dio la casa completa, cuando nos dieron las llaves, cuando ya estaba lista para venirnos a vivir a ella, fue una emoción inexplicable, creo que es la alegría mas grande que hemos tenido. Es una dicha porque tenemos diez años de casados, el tiempo de edad de nuestra hija Vani Mitchel Machuca Velásquez. Fuimos novios once años y a los diez años de casados, recibimos como regalo, nuestra casa.

—¡Qué diferencia entre estar alquilando y vivir en habitación propia! ¡Cuánto nos ha bajado el presupuesto comparado con lo que pagábamos de alquiler! Nos ahorramos un cuarenta por ciento de renta y nos hemos nivelado económicamente. Cuarenta y ocho metros cuadrados tiene la casa. Son cuarenta y ocho metros cuadrados de dignidad. Sentimos vivir en un caserengón. Tenemos la dicha de tener lo que buscábamos, paz.

—Les decimos a otra personas que desean tener casa propia que se aboquen a Hábitat porque da muchas facilidades para el bienestar de la familia. Incluso, por aquí han desfilado muchas personas viendo nuestra casa, llegan por la mañana, tarde o noche y nos preguntan cómo hicimos. Les hemos dado el número telefónico de Hábitat para que se contacten de la misma forma en que lo hicimos nosotros para lograr un sueño; porque este es un sueño el que estamos viviendo nosotros.

—Estamos muy agradecidos con Hábitat para la humanidad, damos buena referencia del personal que nos apoyó en todo hasta el final. Y muy pronto vamos a ser beneficiario con un bono-subsidio del gobierno de 125 mil lempiras, estamos esperando, primeramente Dios sea posible, para bajar en lo que sea posible la cuota que nos quedaría más o menos en mil cuatrocientos a mil quinientos lempiras. Porque ahorita pagamos de cuota mensual tres mil, trescientos dieciséis. Sería eso de una gran ayuda.

Share it on

¿Crees que cada persona merece un lugar digno para vivir? ¡Únete!