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Mejoramiento vivienda étnica subsidiada

MONTAÑA DE LA FLOR
COMUNIDAD TOLUPÁN
(Mejoramiento vivienda étnica subsidiada)
13 de noviembre de 2019

AGRADECIDOS POR SU AYUDA 

YESMÍN MARTÍNEZ
Presidente de la Asociación Tribal de La Montaña de La Flor.

Somos de la tribu Tolupán de San Juan de La Montaña de la Flor. Represento a la Asociación de Comunidades Indígenas de La Montaña de La Flor, soy el presidente.

No vinculamos a Hábitat para la Humanidad a través de unas reuniones que programaron algunos amigos de Hábitat que vinieron a reunirse con La Asociación y luego nos plantearon en qué consistía el proyecto y también a través de las solicitudes que nosotros hicimos a la misma institución. Y entonces ellos llegaron y nos han ayudado bastante, la verdad que ha sido un proyecto muy beneficioso en su total ayuda de para algunos hermanos indígenas de acá de La Montaña de La Flor.

Pues, mire, no tengo el dato preciso de cuántas viviendas se han construido, pero si se ha atendido bastante en la mayoría de compañeros de acá en La Montaña de la Flor y en diferentes tribus porque como estamos divididos en seis comunidades. Ahora se trabajaron con cinco, se incluyó Lavanderos, La Ceiba, La Lima y aquí, San Juan.

La mayor parte de las casas que se han mejorado son de bahareque, embutidas se les llama también. Pero han quedado muy bien, la verdad, han quedado en excelentes condiciones, en comparación como estaban anteriormente.

Esas casas en que se han hecho las mejoras de piso y las mejoras en general de la casa ha ayudado, en alguna manera a vivir más higiénico, no hay insectos, no hay chinches. Han mejorado en las zonas donde ha llegado el proyecto de Hábitat; pero aún falta más, porque no hay que decir que no hace falta porque tenemos zonas vulnerables en donde no se puede tener acceso a vehículos, donde hemos tenido dificultades para solventar los principales problemas de La Montaña de La Flor, pero hasta donde ha llegado el proyecto de Hábitat, en gran cantidad, ha mejorado.

Tenemos una asociación tribal. El cacique nivel de La Asociación se llama Vicente Martínez.  En las comunidades todavía hay muchos hablantes del idioma Tol. Casualmente aquí en la tribu San Juan, la mayoría de los compañeros, de hermanos indígenas aquí lo hablan y en La Ceiba anda como un cincuenta por ciento de hablantes. Los maestros en la escuela les están enseñando Tol. Se tiene la clase de Educación Intercultural Bilingüe en donde se enseña la lengua materna.

Nosotros nos sentimos bien del proyecto, del personal administrativo de Hábitat para la Humanidad y a don Emilio Larach le enviamos un saludo por habernos apoyado bastante dentro de este proyecto. Porque mire nosotros teníamos conocimiento de que él había incorporado fondos a través de Hábitat. De esa manera él se mancomunó con el proyecto y sentimos que eso es bueno, verdad, y felicitamos y alabamos a personas de buena conciencia social como él que nos han apoyado en todo lo que cabe.

Vivimos del cultivo del maíz, frijol y raíces, como el camote, yuca… En esta temporada de la sequía no nos fue bien en la cosecha. Con el maíz nos fue bastante mal, mucha gente, muchos compañeros ya nos reportaron pérdidas considerables en sus cultivos y esperamos que ahora de postreras con el frijol, pues, se mejoren, porque si ha estado mejor la cosecha con el frijol.

Este Centro de Salud es para todas las comunidades Tolupanes. Aquí se atiende a San Juan y Lavanderos, La Lima. Pero también hay otro centro de salud en La Ceiba que atiende las otras zonas que son La Ceiba, Guaruma y parte de la montaña arriba de Marale.

El sistema educativo tiene escuelas en todas las comunidades. Aquí, en San Juan hay un colegio, un centro de Educación Básica, el Instituto Rubén Martínez Rodas y en La Ceiba está el Miguel Paz Barahona.

Las verdad. Quiero decirles que durante todo este proyecto me he sentido muy bien, porque vengo conociéndolo desde que comenzó Hábitat, en ese entonces yo era miembro directivo del consejo de tribu Lavanderos y casualmente iniciamos con estas dos, tribus Lavanderos y San Juan a trabajar con el proyecto y después fui escalando hasta que llegué ahora a la asociación a representar las tribus y aquí  estamos.

Aparte de eso, nos sentimos muy bien porque los compañeros nos han apoyado a nivel de nuestras Juntas y Consejos Directivos y nos reunimos cada dos años hacer rotación en nuestras juntas directivas y por lo tanto, ahora en diciembre nosotros nos vamos, verdad, de La Asociación y ha sido algo muy bonito haber trabajado para colaborar con nuestra gente, en lo que cabe, aquí en La Montaña de La Flor.

Por último quiero enviar un saludo a Hábitat y agradecerles, como les dije anteriormente y a don Emilio por esa buena labor que hace para las personas de escasos recursos que tanto lo necesitamos acá en La Montaña de La Flor.

Gracias.

MONTAÑA DE LA FLOR
COMUNIDAD TOLUPÁN
13 de noviembre de 2019.
Comunidad de San Juan

Montaña de La Flor

LA AYUDA DE HÁBITAT A REDUCIDO LAS ENFERMEDADES

MIGUEL SALINAS
Médico, de la facultad de medicina de la UNAH, originario del Sur, de Choluteca.

-¿Cómo un médico hondureño que son tan reacios a venir a la comunidades más alejadas de Honduras vino aquí y tiene bastante tiempos de vivir en la Montaña de la Flor?

—Viendo la necesidad a nivel de los pueblos distantes en Honduras, decimos venir aquí a La Montaña de La Flor; la intención era venir un período corto de tiempo, un año y ya llevamos ocho años y medio acá.

El impacto es tremendo aquí en la comunidad, hemos dado un gran servicio, no podemos explicar las palabras en la ayuda que hemos brindado, porque las necesidades son grandes 

-¿Cuándo usted llegó ya existía aquí el Centro de Salud?

—Ya existía. Inclusive la pieza que se observa al fondo, él la remodeló, nos ayudó a terminarla y a cambiar el techo de una parte del centro de salud.

-¿Cuál es la mayor afrenta a las enfermedades que ha combatido usted aquí en la comunidad?

—La afrenta es que la mayor parte de las personas son de zonas distantes, de escasos recursos y, entonces, existe la necesidad de tener una ambulancia porque aquí en la zona cuando hay casos graves no tenemos cómo trasladarlos a la Capital que es donde está el Hospital más cercano.

¿Se dice que el médico es tres veces humano, porque ya es en sí, estudia una profesión ligada a la humanística y la otra que es un humano con sensibilidad social?, ¿Cuéntenos una anécdota de casos extraordinario que le haya tocado atender?

—Un caso impactante en la zona fue que recién llegado a La Montaña de La Flor había puentes colgante y en tiempos de lluvia en el invierno —vine en el mes de agosto— este río crece increíblemente y una vez que crecido no hay acceso para vehículo, sólo se puede salir de aquí más que caminando. Entonces, vino un señor con un niño, el cual estaba expulsando lombrices; lo trajo a consulta y resulta que el niño se complicó en cuestión de dos horas y por la noche y sentí la necesidad de referirlo al Hospital y este señor lo sacó  en su espalda por la orilla del río caminando 18 kilómetros para poder irse al hospital. Este niño logró llegar al hospital, le hicieron la cirugía,  y le extrajeron aproximadamente unas veinte o treinta libras de lombrices, quedó hospitalizado, él no pudo regresar a la comunidad; surgieron otros problemas de desnutrición y el niño estuvo aproximadamente un año hospitalizado en el Hospital Materno Infantil y, al final, el niño siempre murió.

-¿Y esa decisión de quedarse aquí, porque usted ya no exactamente de la comunidad donde nació sino que tiene parte de su existencia y de su corazón en esta comunidad?

—Así es. Yo he aprendido desde muy pequeño a no aferrarme a los lugares. En mi profesión he tenido la oportunidad de  trabajar por muchos lugares de Honduras y así como he servido aquí, he servido en los lugares donde he estado y siempre hay personas que no quieren que uno se vaya.

-¿Las dificultades que tienen para conseguir insumos médicos: medicinas, aparatos clínicos, etc?

—Lo básico. Hemos tenido lo básico en lo que brinda la Secretaría de Salud…

-¿Por último, Doctor cuéntenos alguna experiencia con Hábitat para la Humanidad ?

—Bueno, en conclusión tenemos que Hábitat para la humanidad ha sido de vital importancia en el impacto de salud aquí en la comunidad tolupana porque gracias a este proyecto hemos visto reducción en las enfermedades como la neumonía, hemos visto disminución en los casos de incidencia de parasitismo intestinal, hemos visto disminución en los problemas dermatológicos, disminución en los problemas bronquiales y hemos visto que la mejoría en las condiciones de salud de la comunidad ha sido excelente.

Hemos visto que ahora hay disposición de aguas segura en cada casa gracias a este proyecto; inclusive, gracias a este plan que fue gestante Hábitat para la Humanidad vinieron a sumarse otras instituciones no de la magnitud de Hábitat pero sí han formado un impacto en la salud de este pueblo. Entonces, agradecemos grandemente a Hábitat para la Humanidad y a don Emilio Larach para que esta gestión fuese posible; esperamos que este proyecto tenga —si es posible— una nueva etapa porque siempre hay situaciones pendiente que hacer en las comunidades. Por eso les agradecemos a Hábitat infinitamente. La comunidad está muy agradecida, de corazón lo han manifestado. ¡Qué sigan siendo bendecidos!

Gracias doctor, muy amable

COMUNIDAD TOLUPÁN
MONTAÑA DE LA FLOR
13 de noviembre 2019

AL MEJORAR LA VIVIENDA NO HAY ENFERMEDADES

RICARDO MARTÍNEZ
Vicepresidente del Consejo de Tribu Tolupán
San Juan, Montaña de La Flor

—Supe de Hábitat para la Humanidad porque ellos nos visitaron. Nos visitó por primera vez un ingeniero que se llama Alexis Mencías y después vinieron los otros ingenieros y promotores y así los fuimos conociendo. Ellos nos ofrecieron, nos dijeron que nos podían ayudar y así nos fuimos conociendo hasta que comenzaron a trabajar en las viviendas. Soy beneficiario, me repararon un piso, me dieron un techo, me instalaron la luz eléctrica y me levantaron la pila de agua.

¿Usted nos contó que su padre fue el cacique Cipriano Martínez?

—Si, el era mi padre. Vivió 116 años

¿usted es hablante del Tol?

—Sí, soy hablante y escribiente también de la lengua Tol

¿Sabemos que usted es uno de los traductores del Himno Nacional de Honduras del idioma Español al idioma Tol?

—Si, es correcto. A pesar de todo eso, también escribimos libros de primero a sexto grado para que los niños puedan aprender a leer y escribir en el idioma Tol.

Traduje el Himno Nacional de Honduras, pero… éramos varios. Lo estudiamos bastante y luego lo analizamos entre el grupo de compañeros que tenemos la facultad de traducir, somos seis, hay más, pero ellos sólo nos apoyaron y nos ayudaron a traducir, nosotros empezamos a escribirlo y al final lo analizamos entre la población. Lo entonamos así como se canta el Himno Nacional en Español y así le dimos el tono en Tolupán.

¿Qué beneficios les ha traído Hábitat para la humanidad a la comunidad Tolupana?

—Ha sido grande, porque de repente aquí la chinche picuda  ha sido la enfermedad común en las casas de la comunidad. La que produce la enfermedad de Chagas, enfermedad que nos ha arruinado y por ella han muerto muchas personas. Debido a eso nos beneficiado mucho Hábitat, porque de repente cedieron techos, porque antes los techos eran de suyate, las paredes eran de estacones y así fueron promoviendo ellos su ayuda, nos dieron todos los materiales de techos, clavos, zinc y la mano de obra de los albañiles de ellos.

¿El piso ayuda a erradicar la chinche picuda?

—Si, ayuda, el piso ayudó bastante porque se aplacó el polvo. Con la polvareda lo niños se enfermaban mucho de neumonía, que es una parte de las enfermedades más graves que ha habido, no solo la neumonía sino que también la diarrea ha sido una de los males que ha golpeado bastante al pueblo Tolupán.

¿Dejaron de hacer las casa de suyate y estacones?

—Desde esa fecha en que Hábitat ayudó a la población: dejamos de hacer casas de paja. Aún tenemos ese problema porque la población crece, cada año los jóvenes se casan; ahorita le venía platicando al amigo ingeniero José Handal Bográn que hay varias viviendas que se va a hacer de suyate el techo, y no quisiéramos hacerlas de ese material porque de repente nos pueden visitar las chinches de vuelta, las diarreas y la neumonía, ese es el problema que tenemos. La Secretaría de Salud ha estado poniendo algo de su parte y cada mes reportan menos casos. Revisan casas, pilas, miran que no haya basura y que esté aseado; porque lo que no queremos es volver a tener problemas de la enfermedad de Chagas. Por el momento no tenemos casos de diarrea, sólo tenemos algunos casos de neumonía porque el clima nos ha afectado demasiado y el problema de Chagas casi no hay porque nos han mejorado las viviendas.

¿Qué nueva petición haría usted a Hábitat para la Humanidad?

—Les pediría a los amigos donantes que si nos podrían seguir ayudando con el techo, con el piso de cemento de algunas viviendas que no lo tienen y también con la reparación de los agujeros de los servicios sanitarios ya instalados. Porque cada vez, en dos o tres años se llenan, a veces se hunden y los dejan de usar la gente, porque, cómo compramos una bolsa de cemento para volver a hacer el agujero del excusado.

¿Hábitat les ha hecho algunos servicios sanitarios?

—Han hecho bastantes servicios, pero como le digo en dos o tres años se vuelve a llenar, se vuelve a inundar por las lluvias, la tapadera se hunde y queda inservible y como la gente es muy escasa de recursos económicos no pueden comprarse cemento para volver a hacer el agujero, ya se sabe, las tazas están ahí ubicadas.

¿Qué hacen las escuelas para difundir el idioma Tol?

No es tanto en las escuelas, es más familiar; los niños aprenden de la casa, si no aprendió en la casa, nos aprendió en ningún lado. El tema de nosotros es que aprendan en el hogar, en la casa, en cada familia, después es las escuelas sólo se amplía un poco para que el niño lleve la perspectiva de no debe olvidar su idioma.

-Le agradecemos mucho su amabilidad de habernos recibido

—También nosotros les agradecemos porque no podemos ir allá nosotros. Les agradecemos que hayan venido. Les agradecemos a nombre de la comunidad, del pueblo Tolupán y del Consejo, les agradecemos mucho.

-Muchas gracias don Ricardo Martínez.

NOTA: Al final de la entrevista envió un saludo en lengua Tol a Hábitat  para la Humanidad.

Proyecto habitacional subsidiado. Construcción de adobe

TRUJILLO, COLÓN
ZONA PECH
Comunidad Moradel, Silín, Trujillo, Colón.

30 de octubre de 2019.

NO SÉ CÓMO PAGARLES

 JULIO MONTES.

Me llamo Julio Montes y mi esposa es María Julia Hernández Gutiérrez, tenemos cinco hijos: cuatro varones y una niña. somos de la comunidad Pech, no hablamos el idioma; hasta ahora los niños están aprendiéndolo en la escuela el idioma Pech.

Vinimos a la costa de Trujillo, Colón. Somos oriundos del Carbón, de Santa María, Olancho. Esa trayectoria está marcada porque a mi abuelo y abuela y mis bisabuelos los trajeron unos terratenientes, los mentados, don Próspero Castillo, los trajeron a cuidar un rancho, una hacienda, aquí en Trujillo, en un pueblo que se llama Las Palmas y así fue como ellos vinieron desde muy temprana edad; mi abuelo como de 17 años, mi abuela como de 18, vinieron aquí.

Mi abuelo y mi abuela eran era hablantes Pech. Vinieron como ya les dije de la comunidad del Carbón, de Santa María del Carbón, Olancho y se estacionaron acá y ya por último, don Próspero Castillo les dio un predio para que ellos vivieran aquí en la comunidad y aquí fue donde ellos hicieron su familia donde estamos nosotros, en esta comunidad.

Se leer y escribir, tuve la oportunidad de sólo estar dos años en la escuela por los requisitos de bajos recursos de mis padres, no seguí; mis otros hermanos si se graduaron en otras carreras profesionales, sólo su servidor no, hice primero y segundo grados, no más.

¿Quién es el jefe tribal de los Pech, aquí en la comunidad? ahorita está el profesor Lázaro Eugenio Montes, que es el presidente del Consejo de Tribus y está también un tío mío que también es el cacique, que se llama Sebastián Aparicio Montes.

Nos vincularon a los de Hábitat para la humanidad para hacer estas casas. Buenos, ellos llegaron aquí a la comunidad por medio del Consejo de Tribus, nos sentamos a dialogar: de cuál era el problema de vivir en comunidad, como pueblo indígena y  que estábamos, no puedo decir como aislados y de cómo los gobiernos no nos tomaban en cuanta para tener un techo digno. Entonces Hábitat nos visitó y estando de por medio la Fundación San Alonzo, hemos conseguido estos beneficios de Hábitat.

Las casas son de adobe, el proceso ha sido de acarreo de arena, acarreo de materiales, cal, o tierra para el lodo. Fue un trabajo bien duro, pero valió la pena, sinceramente. Estas casas están valoradas a precio de casi 200 mil lempira. Nosotros ponemos la mano de obra no calificada a un precio como de 40 mil lempiras. Esta casa de su servidor —como beneficiario de Hábitat— yo puse: 8 metros de piedra, 8 metros de grava, 8 metros de arena y al mismo tiempo puse 2 mil adobes. Hábitat dio el cemento, la varilla, el artesón y el techo de zinc.

Antes de tener esta casa vivíamos en una casa de bahareque, allá en la comunidad. Conseguir este terreno es otra historia, aquí esta propiedad era del ingeniero Ramón Lobo Sosa, hermano del ex presidente Pepe Lobo. Nosotros dialogamos también con el sobre el predio y el reconocía que somos un pueblo indígena y el donó un pedazo de tierra en todo lo que es La Planada. Nosotros tenemos mil 500 manzanas de tierra en el cerro, ese (lo señala), pero no teníamos para hacer vivienda, por eso el ing. Lobo Sosa fue el que donó estas tierras a la comunidad Pech.

A cada uno nos tocó un predio cada predio de 25 x 25 metros en los que levantamos estos dos dormitorios, una sala, una cocina, corredor, baño, pila de agua y hornilla también      

Se hicieron 24 casas. El entendimiento entre los que iban a ser beneficiarios de las casas comenzamos a dialogar con Hábitat para la Humanidad y la organización San Alonzo, para así realizar los trámites. Trámite que fue bastante largo, pero valió la pena, aunque muchas personas no teníamos esa esperanzas; decíamos nosotros que muchos papeles y nunca mencionábamos que íbamos a tener la oportunidad de una vivienda como la tenemos ahora. Fue larga la plática, tanto de la Fundación San Alonzo y tanto de Hábitat para la Humanidad, y por fin que se logró.

Cuál es la diferencia entre la estructura de una casa de bahareque y una de adobe, por ejemplo: ahorita estamos en el mes que es el invierno y las casa de bahareque cuando viene un «norte», un mal tiempo teníamos, tal vez a media noche, teníamos que cambiar la cama de un lado a otro, porque se mojaba o porque el mal tiempo azotaba y nos lavaba la pared y eso era bien difícil para nosotros.

Ahora tenemos dos años de vivir aquí. Doy gracias a Dios por las oportunidades que me han dado Hábitat para la Humanidad y la organización San Alonzo, yo no sé cómo pagarles. 

LUCHAMOS JUNTO POR NUESTRO TERRITORIO

EUGENIO MONTES TOMÉ

Presidente del Consejo Tribal Pech
Silín, Moradel, Trujillo, Colón
30 de octubre de 2019.

Pertenezco a la Comunidad Pech de Silín, Moradel. No he sido beneficiario de Hábitat por los momentos. Sólo estoy como dirigente de la comunidad en lo cual estoy gestionando casa para el bienestar de algunas familias que están viviendo en una sola habitación, tal vez tres o cuatro familias. Y nosotros estamos en la estrategia de cómo desubicar esas familias para que puedan estar un poco desahogados.

Soy el presidente de la comunidad desde el 2010, luego entregué el cargo y me volvieron a elegir y ahora este año, 2019, me reeligieron otra vez, ya cumplí mis dos años, según la ley de nuestra comunidad, sólo nos permiten dos años para ser dirigente. Pero según, como va marchando un dirigente lo vuelven a reelegir, en este caso, ahorita, me tocan otros dos años.

La elaboración de adobes lo hace la comunidad. Es un proyecto social ante la comunidad, se hace colectivo, pero si alguien quiere hacer una casita por su propia condición social económica la hace individual; pero en el caso colectivo se ponen de acuerdo la comunidad y  las familia para hacer esos adobes.

Qué cómo vinimos los Pech a una zona que era garífuna. Llegamos a un consenso con los afrohondureños que son los garífunas, en lo cual nosotros reconocemos y ellos nos reconocen, en esa parte. Pero, se sabe, que antes que llegaran ellos nosotros ya estábamos aquí (se ríe), ellos están de acuerdo. Entonces nosotros no tuvimos ningún problema de decir que les íbamos a pedir, simplemente nos restablecimos y luchamos juntos por nuestros territorios que a nosotros nos correspondía.

Nosotros venimos de Olancho, de Santa María del Carbón. De ahí empezaron a emigrar las primeras familias a estas comunidades entre las cuales estaba mi abuela Elvira Tomé, que falleció a los 106 años, tiene un año de muerta. Ella fue de la primera familia que fue traída por el terrateniente don próspero Castillo y luego, después, llegó mi abuelo Juan Blas Montes y los obligan a que formaran una pareja y así fue creciendo la familia, procrearon nueve hijos. Dos fallecieron y siete están vivos.

Cuando le preguntábamos cómo hacían para vivir tanto: mi abuela decía que en aquel tiempo no consumían lo que ahora nosotros consumimos. Decía que nosotros ahora le echamos mucho condimento a la comida y que ellos en esa parte no, todos se dedicaban a consumir la parte típica. Por ejemplo para mi abuela comerse un pollo condimentado no era comida, mejor se dedicaba a comerse el tehuacoc, que es el chilero, ese pájaro. La comida Pech se sigue haciendo aquí. Se cultiva la yuca de la cual hacemos la tortilla, el zazal rollizo, hacemos el cuní, que es un atole de yuca y la hostiá (hos ti-á) que es la chicha de maíz.

Celebra la llegada de nosotros Pech y también el día del Huatá que significa el hombre que era poderoso para los Pech. Él adivinaba y nos avisaba si nos iba a suceder algo el día go el dcaban a consumir la parte poderoso para los Pech, que nos avisaba si nos iba a suceder algo el dcaban a consumir la partemañana, él daba un aviso, el era para nosotros el era un rey, el Huatá.  Ahora la autoridad, el cargo de cacique lo tiene doña Lastenia, pero ella se encuentra enferma y le dio el cargo a don Aparicio Montes. El cacicazgo cómo se sucede: es elegido, siempre es elegido por la comunidad, el cacicazgo no tiene  límite de que si se va a cambiar o no; si se está de acuerdo que continúe, va a continuar. Pero en este vaso si la comunidad dice que va a ser un período de dos o cuatro años, cuando se cambia la dirigencia del Consejo de Tribu, el cacique se cambia, pero si la comunidad dice que hay que dejarlo, se vuelve a dejar.

En cuanto a la medicina, las familias utilizan dos cosas: al ver de que la parte hospitalaria no hay una llegada de mejoría, entonces utilizan la medicina natural, porque siempre la creencia que tenemos en esa parte. Nosotros le llamamos al curandero, el Huatá; para nosotros es un hombre que cura, sabe lo que nos va a suceder, los tipos de enfermedades que nos puede pasar.

MI TRABAJO ES CONSTRUIR

MARIO PABLO MONTES TOMÉ

30 de octubre 2019.
Comunidad de Silín, Moradel, Trujillo, Colón.

Soy maestro constructor. Por eso puedo explicar el proceso de hacer el adobe: lleva varios componentes, en primer lugar, seleccionar la tierra, que sea de puro barro, tiene que llevar arenilla, arena, barro y zacate para que amarre y no tenga problema el día de mañana.

El secado del adobe tarda de tres a cuatro días, depende de cómo esté la temperatura. La cantidad de adobes para una casa como estas de la comunidad que hizo Hábitat se necesitan dos mil doscientos  adobes.

Se elaboran, dependiendo de la temperatura, porque a veces llueve y uno se para de hacerlos, tiene que esperar; pero si la temperatura está buena en doce días están los dos  mil doscientos adobes. A la hora de construir una casa, lo más difícil, la mayor dificultad es cuando llueve, pero cuando el clima está bueno es rápido construir, no nos atrasa nada.

No he recibido apoyo de Hábitat, porque yo soy el maestro constructor y me contrata quien desee construir en la comunidad con los materiales de Hábitat. Sólo es un trabajo, no un beneficio directo.

BLANCA LUZ LÓPEZ RAMÍREZ

Moradel, Silín Trujillo, Colón

Entonces como aceptaron salir en las fotos y videos Hábitat, dennos una sonrisa para la fotografia.

No soy Pech. Mi esposo si es Pech; él no habla el idioma Pech, no habla mucho, pero lo entiende. Mis hijas lo están aprendiendo en la escuela

Esta casa fue el 2017, nos pidieron los papeles personales, se los llevó mi esposo allá a las oficinas de Hábitat los revisaron y después de un tiempo regresaron a construir las veintidós casas

Antes vivíamos en una casa de bahareque y techo de manaca, teníamos que enterrar los estacones, los envarillábamos y el piso era de tierra. Ya cuando vino esta bendición, que El Señor nos permitió que nos dieran esta bendición: vivimos felices con mi esposo y mis hijas, vivimos feliz ahora.

Yo animo a otras personas para que se vinculen a Hábitat para tener su casa porque yo me siento feliz y, además, no pagamos nada por esta casa, sólo la mano de obra porque Hábitat nos trajo los materiales. Y en el caso de nosotros: el albañil que hizo la casa fue mi esposo. Muchas gracias a Hábitat.

Conjunto habitacional, crédito

SANTA ANA, SAN FRANCISCO, ATLÁNTIDA
(Conjunto habitacional, crédito)
Proyecto habitacional Santa Ana,
Barrio Los Próceres,
Municipio de San Francisco, Atlántida
31 de octubre de 2019.

Escrito por Armando Garcia 

NOS GANAMOS LA CASA NÚMERO UNO

CÉSAR ALBERTO NÚÑEZ

GABRIELA STEPHANY HERNÁNDEZ MENCÍA

Un hijo, Junior

Primero, vinieron los de Hábitat para la Humanidad a hablar con nosotros. Después nos dieron a llenar unos formatos de solicitud: a ver cuántas familias querían obtener su vivienda. Luego el proyecto estuvo levantándose por un año: en  arreglar el terreno, construyendo las casas. El proyecto lo entregaron a finales de julio, tenemos un mes de estar viviendo aquí.

La verdad que es un sueño, para nosotros siempre fue un sueño; el momento que nos dimos cuenta que el proyecto iba a ser aquí, fuimos los primeros en llenar la solicitud para poder obtener nuestra vivienda, porque creo que es el sueño de toda familia.

Nosotros ya tenemos seis años de estar juntos y siempre hab, tratar de llevarnos bien como vecinos porque esto va a ser el hogar, desde el momento en que nos venismoda familia. Nosotros yía sido nuestro anhelo tener nuestra propia vivienda; ahora que ya la tenemos es una bendición.

Yo soy barbero y ella es ama de casa y ahí en mi negocio llega mucha gente a preguntarme que cómo hacer para obtener una vivienda, que se miran muy bonitas las casas, les llama mucho la atención, entonces nosotros les ayudamos con la información para que otra familia pueda tener la oportunidad que nos dieron a nosotros.

Entre los vecinos del conjunto habitacional mantenemos una relación tan hermosa: entre los niños, la familia, los vecinos, los amigos. Sabemos que lo primordial es mantener la convivencia, el respeto, sobre todo, tratar de llevarnos bien como vecinos porque esto va a ser el hogar de siempre, desde el momento en que nos venimos aquí es nuestro hogar único y el que le vamos a dejar a nuestros hijos.

Les vamos a contar una anécdota. Nosotros, en un principio cuando empezaron a lotificar el terreno, soñábamos en obtener la vivienda numero uno por la cercanía de mi negocio y siempre le decíamos a Dios —porque nosotros somos bien creyentes— nosotros orábamos en este lugar y aquí en esta casa y en este terreno, precisamente, dijimos: vamos a sacar la número uno, tené fe, me decía mi esposa, ya vas a ver. Esta casa fue la primera que empezaron a construir, era como la casa modelo a seguir para construir las demás.

Venimos a la rifa, al sorteo que se hizo de las diecisiete casas, para pasar y sacar  el número —porque al principio habíamos tenido un inconveniente con una documentación y nos aprobaron el crédito una hora antes del sorteo, por eso creíamos ya no vamos a entrar al sorteo—  Pero teníamos fe que íbamos a obtener nuestra vivienda. Cuando nos tocó pasar a sacar el papelito con el número, mi esposa mandó al niño, envió a Junior y le dijo:  «ya sabe, papi saque la número uno» y así fue, él sacó el papelito y se lo entregó a la muchacha encargada del sorteo y cuando lo desenvolvieron era el tan deseado número uno. Fue una experiencia bien emocionante.

La verdad es que Dios nos respondió, nos bendijo y estamos felices en nuestra casa

A este proyecto vino una brigada internacional a trabajar aquí, dice Gabriela «Gaby», esposa de César a trabajar aquí, yo estuvo con ellos un par de días y la verdad es que nos sentimos en familia con ellos, nos ayudaron, convivieron con mi niño bastante, le regalaron una pelota de fútbol. Son norteamericanos y jugaban con los niños de los beneficiarios de este proyecto y para nosotros fue muy bueno compartir con ellos. Una semana estuvieron aquí.

A ellos se les miraba —dice César— las ganas y los deseos de ayudar, venían acá a trabajar y cuando tenían sus espacios, su tiempo libre les gustaba jugar bastante con los niños. Jugaban en ese entonces donde es el área verde no estaba tan aseado, tan parejo como ahora, había un montón de palos cortados y ahí se ponían a jugar con los niños.

Ese parquecito lo donó la brigada. Antes de irse nos dijeron que sería bonito hacer un parquecito para que los niños jugaran. Según tengo entendido ellos fueron lo que donaron los juegos infantiles, ahora los niños tienen donde poder jugar y divertirse.

Muchas gracias a Hábitat para la Humanidad por todo lo que han hecho por nosotros.

Sueños de Esperanza

A casi 2000 metros sobre el nivel del mar en el Municipio de Yamaranguila Intibucá se encuentra una comunidad entre las nubes. Nos referimos a Azacualpa, un poblado Lenca donde aún se conservan prácticas culturales autóctonas que le dan un toque de distinción a sus habitantes. Ahí reside Leonidas Gonzales, una mujer de 49 años.
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A casi 2000 metros sobre el nivel del mar en el Municipio de Yamaranguila Intibucá se encuentra una comunidad entre las nubes. Nos referimos a Azacualpa, un poblado Lenca donde aún se conservan prácticas culturales autóctonas que le dan un toque de distinción a sus habitantes.


Ahí reside Leonidas Gonzales, una mujer de 49 años. Su apariencia es de otra  edad ya que la vida le ha sido dura. Su atuendo colorido la resalta en medio del verde oscuro de la vegetación de la zona, de entrada parece recia y apática, pero al entablar dialogo inicia a mostrar una suave sonrisa en la que sobresale  su único diente. Nos cuenta que vive con su hijo y tres nietos, quienes le regalan mucha alegría, y que en Azacualpa ha residido toda su vida, siendo La Esperanza el lugar más lejos que ha llegado– a unos 19 kilómetros. Durante la plática se muestra por ratos tímida y nerviosa, pero a pesar de todo sigue sonriendo. Comenta que su principal preocupación es que la vivienda en que habita está en mal estado y debe ser reparada. Nos expresa  que “uno no agradece las tormentas, porque cuando llueve nos mojamos”, a pesar continúa de “que la lluvia es la que nos sostiene la naturaleza.”


Leonidas Gonzales, originaria y habitante de la comunidad Lenca de Azacualpa, en el Municipio de Yamaranguila.


Su tonalidad refleja una inconformidad que según ella no es correcta ya que su cosmovisión respeta los designios de la madre tierra. Sus sueños se han alentado de esperanza ya que ha llegado a su comunidad una Organización que, junto a la municipalidad, le mejorarán sus condiciones de vida. Ella no tiene tan claro qué es Hábitat para la Humanidad, pero deposita sus sueños en ella, para vivir en mejores condiciones. Al despedirnos de Leonidas estrechamos nuestras manos y nos percatamos que el reumatismo tiene sus manos deformadas y sus dedos índices parecen pistola que apunta a un infinito incierto pero esperanzador.


Leonidas es capacitada en temas de vivienda saludable, previo al mejoramiento de su vivienda que le realizara Hábitat Honduras en conjunto con la Municipalidad de Yamaranguila.


Texto: Denis Cabrera


Fotografías: Luis Madrid

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